Don Quijo, anciano noble,
Un poco ido, del armario sacó
Su viejo abrigo, tomo un paraguas,
se caló el sombrero,
Y salió a la busqueda
De su fiel escudero,
Se esforzó como loco
Para encontrarlo,
nadie de su paradero
sabía informarle,
Lo buscó varias noches
con sus propios días,
y se topó a Sancho
en una cantina
"Amigo Sancho" la aventura
Aguarda.
El hombre le escuchaba,
con la boca abierta,
sin mover pestaña,
Después de varias horas,
Y de muchas tazas,
Desistió el anciano,
Y se fue a su casa.
En ese momento pensò el cantinero
Menos mal que Sancho es sordo y es ciego.
¡Hay que ver la "vara" que le ha dado el viejo!
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