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Decálogo para el deseo inminente


“C'mon
C'mon
C'mon
C'mon
C'mon ¡Touch me baby!"

Jim Morrison.

I
Mientras yo escribo, tú observas.

Hay dos lunas de miel oscura
que observan atentas lo que escribo
me acarician el rostro con ternura
se sientan sumisas en mis piernas
me besan, me desnudan, me arrastran
por la habitación llena de humo
y pensamientos austeros.
Ellas provocan la agitación
la ebullición interna.
De pronto pienso
en ti...
cuadro lleno de misterio
Poesía bruja.
Eso provoca tu mirada.

II
Un golpe de luz vi en ella
que atraviesa y consume.
Una gota de rocío dulce
balanceándose en la espiga.

Una flor entre las piedras
un desnudo canto solitario
que emerge de su inocencia.

Un salto de agua cálida
donde se baña la quietud
y se transforma en ella.

Hoy, después del hastío
que provocan los años
pude ver en un rincón
la belleza del mundo.


III
Ella baila mientras yo la observo
ágil, graciosa, suspendida
natura divina
hecha con delicadas notas.

Yo, revuelto en mi silla
al ver su frágil vuelo
me conmuevo
tendido ahí, en las sombras
con la excitación estallando en el pecho.

La música es el aire
el aire que la toca
ese aire que empapa
mientras su cuerpo
liviano flota en mis deseos
y los desboca.

IV
Condenado yo a su divinidad
Ah! si sólo pudiera
alcanzar uno de sus cabellos
hilos de oro trenzado.

Atado sólo a verle
custodiada por ninfas
a través del cristal.
Desde que nacen
hasta perecer las horas
baila sin saberlo. Sola.

Me recuesto en mi nube
me condenso feliz
no tengo más remedio
que alabarla.

La blanca seda que acaricia
los caprichos de su cuerpo
es una mujer fría que muere
agónica se agita contra el viento
por la envidia, celosa de la ninfa.

Ágil, graciosa doncella,
perpetradora de sueños,
haz que brille la luz del sol,
regala a tu Dios,
una mirada al cielo.

V
La silueta de esa bella inocente
se ha adueñado de mis pensamientos.
Su voz me enerva y fascina
su movimiento
su piel
la arquitectura de su cuerpo.
No es mía, pero en mi sueño ¡dios!
En mi sueño la dejo sin aliento.

Su sonrisa es fuego
yo, las hojas secas
que se encienden
cuando la veo.
Soy río crecido
por donde fluyen
los misterios del deseo.

Sucumbe mi alma
ante el hechizo de su imagen
brisa clara que empaña
mis pupilas por las ganas.

Mirarla
es nadar el uno junto al otro
en aguas agitadas
hacia el paraíso de la adicción.
Eres el ángel que tortura
con métodos fatales.

VI
Si una noche partiéramos juntos
a la intimidad…
lugar donde se hace la miel
y juegan las hadas.

Una noche en mis brazos
a través de los afectos del vino
sin frenos y sin prisas
bajo un cielo mágico
hecho de lo prohibido.

¡dios!
Arranca de mí su silueta
¡Arráncala por que no es mía!
Borra de mi mente su imagen
Que su perversa inocencia
¡Me mata!

VII

¡Hey trapecista!
Te balanceas sin red
en mi corazón
mientras el alma
observa complacida
tus temerarias suertes.

VIII
Juntémonos hoy.
Hagamos un poema al vaivén
con versos libres
en el sofá-cama-comedor
en el suelo hasta quedar quietos
y después curar las rodillas.
¿Acaso hay perversión en las ganas?
La decencia abre sus piernas y ofrece su rubor.
La castidad no había visto la luz
imagen clara y sin ropas.

La rapidez de los alientos
provoca la anticipada conducta errática.
La paciencia se desordena.
Se mutila al ritmo del piano que se escucha en mi cabeza.

Y el miedo se va.
Calor en la habitación ámbar imaginada por mí.
La plática cesa.
El silencio atrapa las incoherentes palabras
armas innecesarias en el duelo cuerpo a cuerpo.
Somos objetos hechos para el deseo.

Juntémonos hoy
no perdamos el tiempo
necio recordatorio de la fragilidad de la vida.
Nademos en líquidos hasta el final del día
y empecemos de nuevo por la noche
(cuerda floja llena de mitos)
¡Fuera reproches!
Busquemos un rincón-intimidad.
Que la discreción se la coman los gusanos
mientras hacemos de la perfección un poema.

IX
Recuerdo de flores avivadas
por el calor que los cuerpos
provocan.
Feromonas que ofrecen
placer a mis sentidos
elegidos y transformados
por tu aroma.

Recorro lo tuyo
como buen ladrón
y recojo
los frutos
del robo a tiempo.

Aún es mía la tierra
en donde alguna vez
sembré la palabra
siendo aún desierto.

Mi olfato
pierde la clase
cuando se enreda con tu piel
hacia el bacanal de excesos.

Fragancia de besos
que trastorna
todo mi poder sexual,
desatando el animal
que llevo adentro.

X
Hacer el amor con una diosa.
Romper los sellos
Al sonido de la trompeta
y meterme en los surcos profundos
de la corteza de asherah.
Señora.
Vaciar mi río en tu rosa.
Terminar en el delta del mundo
y encontrar como funciona
la gravedad de tu cintura.
Blanca piel desnuda con destellos de oro
donde se celebran la lujuria y el éxtasis.
Bacanal de caricias húmedas
Fiesta de sabores ácidos
pero dulces al deseo.
Jauría de besos
Mordiscos,
Desenfreno
Gritos
Espasmos…

...y después
Ah! Paz infinita
No me abandones
en este momento
Mantén la calma
y la mente tranquila...
El río se llevó mis fuerzas
y las desembocó en tu grial
¡Qué paz!
Tan infinita tú.


Texto agregado el 24-05-2005, y leído por 583 visitantes. (3 votos)


Lectores Opinan
17-06-2005 La conquista del Poeta, tiene más brillo que la de aquel que no sufre cada sentimiento. "Le toqué un muslo a la muerte y sonrió"..Saludos! SandiLaguna
25-05-2005 mil * xwoman
25-05-2005 uff!! sin palabras!!! xwoman
24-05-2005 Quien soy para poder dar un comentario? He leido la biblia del amor!!!! HoneyRocio
24-05-2005 precioso... tan perfecto como la primera parte. saludos. (por cierto, ya era hora que vuelvas...) alto_vuelo
 
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