Cuando Marita y Reinaldo vinieron a mi consultorio estaban a punto de botar todo al tacho porque aun no podían concebir un hijo, tras varios esfuerzos y agotar todos los recursos de la ciencia, se darían por vencidos, hasta este día, en que ambos entraron por el pórtico, con el sobre cerrado en la mano de los últimos análisis que decidieron no abrir hasta entregármelos personalmente. Sin esperar a nada abrí el sobre, les dí la noticia que habían estado esperando por varios años, "Marita, tienes seis semanas de embarazo”. Ambos se alegraron tanto que salieron a celebrar hasta la noche y Reinaldo bebió tanto como si hubiese preparado su hígado durante años para este momento.

Esa madrugada regresando de la celebración, Reinaldo, ebrio, chocó aparatosamente. Al hospital llegaron aun con vida. El hombre, había quedado ileso de milagro por tener puesto el cinturón de seguridad pero la conmoción fue tan fuerte que no despertaba, la alegría de ser padre le perduraba en una sonrisa estando aun inconsciente. Quien recibió la peor parte fue Marita, falleció dos días después.

Debíamos tomar una decisión sobre ella y su bebé, decisión que Reinaldo debía afrontar estando lúcido, porque a partir de ese accidente, él sería la madre del bebé que con ansias habían estado esperando por muchos años.

El feto aun tenía vida, pero eso no duraría mucho, así que debía intervenir rápidamente. Conversé con un colega extranjero (que mantendré en el anonimato), que estaba interesado en mis investigaciones sobre fertilidad y también aportaría sus conocimientos. Este trabajo me ha permitido desarrollar un proceso a través del cual el padre biológico gracias a su ADN puede ser portador del embrión durante el tiempo que reste su desarrollo, ambientando su anatomía bajo la dermis del abdomen como si fuese una matriz similar a la femenina y con un fuerte tratamiento de hormonas que le permita realizar la gestación.

Reinaldo despertó y pudimos ponerlo al corriente de todo lo sucedido, no dudó en decir que sí a pesar de estar dolido por la muerte de su mujer, pero contento de poder salvar la vida de su bebé. Firmó los papeles de riesgo médico muy a pesar de que se trataba de la primera operación de este tipo que se llevaría a cabo en el mundo.

Anotación : “ Entramos al quirófano, todo listo para iniciar intervención”.

Tras una semana luego de la cirugía, Reinaldo despertó en excelentes condiciones (incluido los daños físicos del lamentable accidente), le dimos la noticia, “Tienes ocho semanas de gestación, a partir de hoy no bebas una sola copa de alcohol, no fumes y toma una cápsula de ácido fólico al día, procura hacer una dieta normal, sin exageraciones, deberás tomar unas vacaciones por lo menos de un mes, no comentes del experimento con nadie, ni tu familia más cercana, usa de pretexto la perdida de Marita para desaparecer, luego veremos como hacer con el resto del tiempo”. Dicho esto se fue a casa como una feliz madre, rumbo algún lugar de donde no supe nada hasta su próxima visita.

Para su doceava semana, Reinaldo se mostraba algo angustiado, todo le producía nausea y su estómago no toleraba alimentos, agarró una terrible fobia al color verde y solo podía ingerir alimentos de color amarillo o blanco. Me contó que se mostraba bastante cansado, constantemente tenía sueño, dolores de cabeza ocasionales, sus necesidades fisiológicas (sobre todo el orinar), habían incrementado. “Como es de sabía la naturaleza, mi querido Reinaldo, lo que estas experimentando es simplemente el avance de tu cuerpo mientras va desarrollando tu hijo, tu hígado está trabajando el doble, a ello se deben tus nauseas y cansancio, por favor necesito que sigas tomando ácido fólico, ahora pasemos al lado para hacerte la primera ecografía”. Ver a una madre reaccionando frente a las primeras imágenes de su hijo, es algo cursi, pero la reacción de Reinaldo, rompió esquemas, el feto estaba desarrollando con total normalidad, no se presentaban defectos físicos, así que tomé el cuaderno donde llevaba los apuntes del experimento y anoté debajo de la fecha:

Anotación : “Desarrollo normal del no nato. El padre, sufre un incremento de sensibilidad, bajar un poco la dosis de progesterona”.

Cuando el futuro padre – madre, alcanzó los cuatro meses de gestación, sus nauseas y vómitos no cesaban, vino al consultorio para su chequeo por el nuevo mes, mi sorpresa fue realmente grande al ver los cambios notorios, ya había un pequeño bulto en su vientre, sus ojeras eran más acentuadas y la barba estaba a medio crecer, le pedí que trate de no descuidar su aspecto físico, pero presa del temor, me confesó que se dejaría crecer la barba porque no quería empezar a parecer una mujer, “Eso no sucederá”, me atreví a replicar, entonces se abrió la camisa y me enseñó el tórax, lleno de vellos y sus pechos habían empezado a transformarse en diminutos senos como las niñas cuando empiezan a madurar. “Vamos a sacarte un par de ecografías, una para ver el desarrollo de tu hijo y otra para ver lo que sucede en tu tórax, por otro lado, si deseas déjate la barba, pero no trates de hacer ejercicios fuertes si tu cuerpo empieza a cambiar, todo marcha bien, no tienes porque preocuparte y ven a verme el mes entrante”.

Anotación : “El desarrollo del feto sigue las condiciones normales, los latidos están dentro del patrón normal. El resultado de la ecografía arrojó un aumento en las glándulas mamarias y un leve cambio en sus pezones, sobre todo el color”.

Antes de que Reinaldo llegue a visitarme en su semana número veinte de embarazo, decidí recomendarlo con un amigo psicólogo para que con su ayuda pueda contrarrestar los efectos secundarios de la metamorfosis, sobre todo la depresión total en la que estaba sumido, mi colega logró disuadirlo para que busque una actividad que no le haga pensar tanto en el embarazo, le sugirió caminar, viajar un poco, pero el dilema de sus nauseas y vómitos continuaba afectándolo mucho, entonces preferí internarlo y darle un tratamiento, para que pueda hincar sus actividades.

Anotación : “Al paciente se le ha internado por tres días, se le aplicará suero, gravol y vitaminas para controlar el exceso de náuseas y vómitos. Podrá hincar sus actividades sin problema”.

Sexto mes, Anotación :”El paciente presentó una hinchazón en los pies lo cual es normal. En cuanto al feto, hay algo que me sorprende mucho y es el desarrollo que ha logrado, no parece de veinticuatro semanas, sino de más, puede ser producto del complejo vitamínico, acentuar investigación sobre este punto”.

Para la semana veintiocho, el feto de Reinaldo parecía haber sobrepasado el límite de las treinta y seis semanas que es lo normal , tan es así que la ecografía mostraba una calcificación de la placenta y el cordón umbilical era muy corto, en condiciones normales y frente a esta situación solo queda por hacer una cesárea, así que lo operé sin más remedio en ese mismo instante.

“Reinaldo fue madre a las catorce horas un viernes 4 de febrero, el niño pesó casi los cuatro kilos, totalmente sano, el problema es que los policías no me creen porque Reinaldo falleció durante la intervención y no pudo dar fe a las autoridades... ¿qué lo asesiné?.... no, eso no es cierto, él dio a luz, yo le practiqué una cesárea.... ¿qué donde está el bebé?, se lo llevó el traidor de mi colega junto con mis apuntes, seguro que él me delató con la policía con tal de llevarse la fama de mí experimento, ya no se puede confiar en los extranjeros... ¿amantes?, no doctor, ni Marita era mi amante ni he matado a Reinaldo, ellos querían tener un hijo y yo lo embaracé, para que no pierda al feto... ¿qué todo está en mi imaginación?, ¡que tiene que ver mi imaginación acá!, lo que le cuento ¡es verdad!.... Ud. debe creerme porque es un psiquiatra muy reconocido...., ¡claro!, si encuentra a mi colega extranjero el les dirá toda la verdad... ¿Qué como se llama mi colega extranjero?, no se lo puedo decir Doctor, debo mantenerlo en el anonimato”.