-¿Para qué?
El pelo recién cortado destellaba –era entonces...- confluencias pilares y caobóticas, muy caobóticas.
Juan Limón desabrochó todo lo desabrochable, todo, importante, sin un qué ni un para.
-¿Vas a venir?
Texto agregado el 23-05-2005, y leído por 147
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