La primavera de Asunción
La mixtura entre el gris del cemento y el aceitunado verdor en medio de tantos Lapachos en flor, las hojarascas histéricas del viento y lo artificial no distorsiona, se fusiona; en la Primavera de Asunción.
La vejez renovada de tu Estrella, y, Oliva en contramano te dan un toque rarísimo al pisarte en floración, tus capiteles añosos y las plazas que miran al río, sentado al pie de un jazmín; en la Primavera de Asunción.
En otros lugares es solo una utopía sorber la pureza de la guayaba de la esquina, dulce, tan dulce; en tus 7 Alturas, en tu Palacio, en tu Mercado. Y al caminar por la Palma de Asunción, mirar desde la plaza frente al Cabildo y recordar que los orificios de bala en tus columnas pudieron parar en este mismo cualquier lugar; en mi o en tu corazón.
Asunción sacudida y rota, no llores más, vamos querida!, que hay mucho por hacer, quiero despertarme cuando no duermas, quiero despertarte cuando Yo no duerma. Vamos! que quiero verte actuar, quiero que representes a mi personaje, el personaje de cada ser que vive en vos; en la Primavera de Asunción.
A 45 grados de inclinación, empiezo a ver caras e ideas nuevas, la gente vuelve a gritar y amanece diferente, la gente vuelve a denunciar, eres aún más verde libertad; en los mismos gritos míos, que son los mismos tuyos, los de la verdad; en la Primavera de Asunción.
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