Cuando un lucero refleja del mundo
o de los seres que quieres la mirada,
procura que no adviertan que extrañas
cuando sientas humedad en tus pestañas.

Tu que admiras el amor,
ponle siempre esa sonrisa,
esa que algún dios te ha regalado,
para que acaben las penas.

Penas que como las caracolas
terminan sobre la arena guiando
entre susurros de mar
el suave canto de mi alma.


Cuando no puedas hacerlo
porque tu alma esta triste
amigo que el mar ha separado
escribeme que de este lado...

Te devolveré la sonrisa
en la tibieza del SOL
en la claridad de una mañana,
en una rosa que se abre.

Porque querido hermano LUNA
mi corazón siempre está,
en el silencio, en un abrazo,
en el mar que nos separa.

En el lucero aquel bien alto
que sobre el cielo estrellado
junto al sonido del mar refleja
sobre tus ojos de Luna, mi mirada.


Para un amigo en la distancia unido por el SOL y la LUNA, un lucero y las suaves aguas de una mar azul estrellado.