Este cuento es un poco fuerte y puede herir susceptibilidades, las palabras utilizadas aquí son coloquiales y soeces pero van de acuerdo con el personaje. Si puede ocasionar incomodidad desde ya les digo que mejor no lo lean. Y a los que sí lo lean espero que les guste
¿UN DÍA NORMAL?
El día está nublado, ya hace frío, pues en realidad mucho frío, camino despacio por las calles y no se porque me paro en una esquina, por intuición, por gusto o por cojudo. Veo que se acercan dos niñas que vienen del colegio son muy bonitas, pero son niñas. Un viejo casi sin cabello viene mirándoles el culo, viejo de mierda pienso, hijo de puta ya las estará imaginando en una cama y moviéndose como él quiera, que cagada es esta vida, pero no hay de otra. Después de tan pedófilo espectáculo avanzo lentamente, ¿Qué mierda llevo en la mano? Me la sacudo y suelto un palo pequeño, no recuerdo donde lo encontré ni porque lo llevaba, pero bueno ya está ya lo boté. Mientras camino me pongo a pensar en ¿Qué será de Cuba cuando muera Fidel? En ¿Por qué si Chita la mona de tarzán era macho lo convirtieron en hembra? Que pendejos. No se por que chucha se me pasan esas cosas por la cabeza y lo peor es que solo las pienso y no se porque no las puedo decir. Que carajo, todo esto es una completa huevada y a nadie le importa lo que piense yo, ni a mi me importa lo que piensen los demás así que mis ideas seguirán dando vueltas en la cosa esa a la que no se quien mierda le puso cabeza. Ya está casi oscuro y unas risas estúpidas llaman mi atención, y como no se van a reír si a una cuadra ya huele la hierba, quemados de mierda pienso, mientras sus padres de seguro se sacan el ancho trabajando, estos huevones se tiran la plata en paces que al final serán su pace a la destrucción, ¡wow! Me asombro, ya comienzo a pensar como un escritor, pues en realidad eso es lo que quiero ser, un puto escritor, y ya sé, ya sé, vuelven a mi cabeza las palabras que todos me decían; que voy a ser un cabrón muerto de hambre, que no tendré ni para un pan, que en un país como este la vida solo es vida si tienes dinero y si no pues con tu trabajo deberás hacer más ricos a los ricos y tú con un sueldo mísero, tendrás que mantener a una familia de por lo menos seis personas. ¿Y así quieres ser escritor? Que huevón que eres!
Me decían mis “amigos” mientras sus risas aun retumban en mi cabeza.
Crash!!!!puggg!!!!!! Suena fuerte, me asusto, levanto la mirada y veo dos autos casi destrozados, digo casi porque al menos la parte de atrás se salvó, un pitido ensordecedor invade el ambiente tensionado, es un tombo de transito, uno de esos huevones vestidos de verde que dicen que son la autoridad, ja corruptos de mierda. En la otra esquina unos niños que jugaban cerca de la pista miran asustados y tratan de acercarse lentamente mirando a todos lados, yo me acerco casi como uno de ellos, cuando escucho; Javier, Pedro, vengan acá, carajo cuantas veces les he dicho que no jueguen en la pista, ¿ya ven lo que les puede pasar? Y los pobres niños entran en la casa llorando después del jalón de patillas y los palmazos de la madre, ¡vieja de mierda!, ¡abusiva! Ojala que cuando esos niños crezcan no le den ni mierda de caso. Pero que cabro soy, solo lo pienso, ¿por qué no se lo dije? Va! que chucha, no es mi bronca.
Hay! Hay! Hay! “Ayúdenme” grita una señora muy bien vestida pero toda ensangrentada, miro un rato la sangre y me gusta, tengo ganas de ir a probarla, a tocarla, a embarrarme con ella. Pero hay mucha gente. Observo que el señor del otro carro que no resultó nada herido, está superficialmente bien, miro un momento y me voy renegando porque no hay muertos.
Luego de un rato escucho unos gritos, era una chica que parecía un poco ebria, y un huevón que le estaba sacando la mierda a golpes, me entraron ganas de todo; de meterme, de agarrarlo del cuello y ahorcarlo, mejor no, de atravesarle un cuchillo y tomarme su sangre en su delante, tal vez de arrancarle alguno de sus miembros vitales y verlo morir lentamente. ¿Qué mierda estoy pensando? Solo fantaseo y no hago nada. Me acerco un poco a él y antes que le de el siguiente puñete y sacarle otro diente a la pobre mujer, le grito: ¡maricón hijo de puta! ¡Suéltala! La vas a matar. Que mierda te metes huevón, me dijo mientras me apuntaba con un arma. Lárgate de aquí loco de mierda, si tienes tiempo de joder, mejor anda córtate el pelo y aféitate y siquiera cose esos pantalones rotos que se te ven los huevos. Luego de esas palabras baje mi mirada y me vi, estaba sucio me toque la cara y en verdad estaba con barba y con el pelo enredado. Seguí caminando, total que chucha, no es mi bronca.
¿A donde me iba? No se, no se quien mierda soy, ni se que hago, pero si quiero ser escritor, pero ¿se escribir? Que mierda, sigo caminando y me pierdo entre la oscuridad de la noche, y a lo lejos retumba el sonido de una bala, me paro y pienso; que chucha, no es mi bronca.
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