Cuando la luz del día cobija los rostros El brillo nos preteje De la maravilla azucarada de la noche. Ella piensa: Cuanta bendición nos miente el ocaso Ante la estrechez del espíritu. Y yo pienso: Cuanto tiempo, cuanto más. Entonces Qué haremos con esta saliva, Qué nos harán los pensamientos, Qué escamas cubrirán nuestras pieles .
Texto agregado el 22-05-2005, y leído por 116 visitantes. (0 votos)