Y camino liviana
de cara al viento
arrojé por fin
la mochila con tu nombre
para recuperar el mío
que perdí por estar
a la sombra de tus pasos.
Y vuelvo a ser
la que un día fui
y cierro los ojos,
en la noche
sin antes pensar en ti.
Y el espejo en la mañana
ya no me muestra tus besos
abrazados a mi boca.
Y mis ojos brillan con el sol
ya no con el eco de tu voz.
Y mis manos ya no llevan más
el olor de tu cuerpo...
Me desprendo,
me alejo,
me voy.
Texto agregado el 22-05-2005, y leído por 238
visitantes. (9 votos)
Lectores Opinan
10-05-2006
Es duro pero es así, es lo que es, no, lo que debiera ser. Vuelta a empezar. Mis 5 * alfeiran22
15-07-2005
siempre es una la que se tiene que ir...alejarse de los fantasmas. muy bueno kuthelia
24-06-2005
me gustaría añadirle al final...me fui!!!
megusto mucho...mis 5* blanconevado
Hermosa descarga de ese peso que no nos deja avanzar, pero la madurez nos alcanza y logramos alejar el dolor y dar paso a un "casi olvido" saludos. Arianna