Los mil besos
que me enviaste,
uno a uno fueron cayendo
en mis manos,
en cada nudillo,
en cada dedo
se van perdiendo en el tiempo
como las agujas de un reloj,
igual que las olas en el cielo.
Los mil besos que me enviaste,
nada son
si tú no estás,
en mis manos desaparecen,
se derriten si no estás a mi lado.
Y cómo decirte
que te quiero
si no sé si es verdadero
el amor, que desde lejos,
me das.
Y cómo regalarte
mil besos,
sin saber dónde estás.

Sólo deseo,
que las agujas del reloj,
que las olas del cielo,
nos unan en el tiempo.

A los que la distancia les separó.