Letra griega correspondiente a nuestra “L “. Así se llamaba el libro escrito entre el mar y la tierra, en un lugar donde el movimiento repetido de un lado a otro, con la parte inferior de la mandíbula, era tan importante como la circulación de la sangre a través de la vena cava.
El momento más emocionante en este extraño lugar es la salida del sol, el amanecer, donde la demencia y la furia atacan a las personas que no paran de hablar. Con una herramienta que sirve para separar la hierba, se les da un giro interminable .Con el ruido, empiezan a aparecer aves pequeñas que vuelan a ras del suelo, cuyo fin es revolver todo ese manojo que reúnen las espigadoras. Antiguamente, esta función era realizada por dinosaurios veloces y herbívoros que aparecían desde un cielo lleno de nubes grises y negras, y desaparecían como si de un agujero negro se tratara.
En esa circunstancia era difícil poder divisar un objeto a lo lejos , el champú anti-piojos era la clave para poder sobrevivir en lugares donde nacen fuentes o manantiales y en la orilla de los oasis de los desiertos de la zona .Porque, sin darte cuenta, en un preciso instante, cuando menos te lo esperas, te caes en el espacio…en el hueco entre la pared y la puerta de un ascensor .Sin descartar que el aire pueda entrar y salir , y donde cada mujer es para un solo hombre.
Cuando piensas que es la tuya, se acaba. El libro termina. La realidad es diferente, es como una pequeña porción de queso que al untarlo, con un simple movimiento, te puedes romper la clavícula…
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