Pues puede que me equivoque querido H, pero en respuesta a tus certezas te presento mis incertidumbres.
Mi teoría es que los juegos de seducción con las féminas son como una partida de ajedrez:

Podemos ser brutos peones que nos empujamos entre nosotros y arrastramos por el fango del tablero para intentar ser coronarnos.
Momento en que dejamos de ser peones.

Sin problema podemos jugar como esbeltos caballos. Saltando alternativamente entre cuadro blanco y cuadro negro.
Los caballos tienen la cualidad de poder aprovechar un despiste para comerse alguna pieza, pero tienen poco alcance de movimientos. Si se les ve venir hacen el indio y por si solos son incapaces ganar la partida.

Tradicionalmente hemos sido poderosas y firmes torres. Las torres son buenas para marcar su territorio y disponen de mucho alcance para ello.
Su mayor problema se encuentra en que no pueden ver las jugadas oblicuas (solo pueden tirar paralelas).
Su mejor estrategia consiste en esperar protegidas en los laterales del tablero.
Cuando el tablero se encuentra despejado pueden realizar jugadas decisivas pero la espera suele resultar aburrida e incluso a veces bloquea la partida.

Con mucho esfuerzo podemos ser sibilinos alfiles que se mueven en diagonal. Un alfil es blanco o negro. No posee la facilidad para cambiar de registro a torre. Como si puede hacer la reina (que combina por si sola los movimientos de torre y alfil).

Por supuesto, podemos ser reyes. El rey tiene un movimiento polivalente pero lento y torpe.

Por definición la reina es mujer y la pieza más poderosa del tablero.
Podemos engañarnos pensando que jugamos como ellas. Pero al hacerlo ya no es ajedrez. Son las damas :-)

Recordemos que encerrar al rey hasta que no puede mover es el objetivo y marca el final de la partida.
Esto precisamente es nuestro consuelo, somos el objetivo del juego y cuando perdemos realmente ganamos. Si la contrincante lo merece. ...

Por supuesto no hay que olvidar los consejos de los buenos ajedrecistas.
Que son:
0 - Lo bueno y divertido del este gran juego es que realmente da igual ganar que perder, es más, se aprende más perdiendo que ganando.
1 - Conocer varias aperturas da dinamismo a la partida.
2- Las partidas entre dos buenos jugadores suelen terminar en tablas.
Aunque sea porque el rey termina ahogado.
3- La mejor forma de aprender es jugar, jugar y jugar
4- No vale con solo saber como se mueven las piezas. Cuando más se disfruta el juego es saboreando los gambitos de dama, enroques de torre y celadas varias...

Solo puedo despedirme como lo haría un cura en las Vegas. ”Sean felices y hagan juego…”

Paco