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Soy feliz y dejare mi historia por si a alguien le sirve mi experiencia. Yo era un pobre diablo, pero era dentro de todo un infeliz acomodado. Tenia un trabajo aburrido que pagaba bien, tenia un gato blanco y una novia complaciente pero no era yo. Era un autómata y un día me propuse descubrir quien demonios era yo.
E hice una lista con las cosas que hacia y otra con las cosas que quería hacer. Una vez había leído que la felicidad era hacer las cosas que uno quería y dejar de hacer en la manera de lo posible las cosas que uno no quiere. Entonces descubrí que de todas las cosas que hacia no había una sola que la quisiera y por ende de las cosas que me gustaban no hacia ninguna.
Debo admitir que las cosas que me gustaban no eran muy... ortodoxas. Me gustaba la literatura oscura y los rituales satánicos porque mi cabeza tubo un razonamiento muy lógico “si lo satánico es lo contrario a lo que hacen las religiones y las religiones destruyen al ser humano entonces lo satánico es más apropiado para la salvación del hombre.”
Así es como empece a leer textos ocultistas fui a aprender varias lenguas antiguas entre ellas la maya y la egipcia. Aprendía con rapidez por lo que me parecía cada vez más que esa era mi profesión tan bien me iba que un día recibí una invitación de la embajada de Guatemala para ir a terminar mis estudios sobre teología maya directamente de las reservas de indios haya en el norte. Acepte gustoso la invitación sin imaginarme lo que iba a conocer.
Durante la hora que duró el viaje en avión me dieron un folleto de la ciudad a donde iba a ir y los consejos principales para no quedar mal con la gente en general. Lo leí entero(no quería causar una mala impresión en mi primer encuentro) y los otros 20 minutos estuve durmiendo.
Cuando llegue me recibieron, como si yo fuera una celebridad, un gran número de habitantes con notorios rasgos mayas. Uno que tenia una hermosa colección de plumas de Quetzal en la cabeza (por lo que supe de inmediato que era el brujo de la aldea) me saludo cordialmente en su idioma; el cual solo llegó a mis sentidos por los libros de la lejana Córdoba. Yo lo salude de la misma forma tratando de borrar mi acento. Acto seguido una enorme sonrisa se dibujo en su cara. Me dijo que la cultura estaba atravesando una crisis y que tan cerca del cambio de ciclo en el calendario de la Gran Cuenta (algo así como cinco mil y pico de años) era una deshonra que solo un cierto grupo de chamanes de un número no mayor de 20 individuos tuviera interés por conocer las predicciones y las formas de magia que legaron los antepasados.
La comida fue abundante y tenia gran cantidad de maíz entre otras legumbres. Luego él chaman me llevo a su choza y me explico sobre los cambios del nuevo ciclo. Me inicio en las bases de la sabiduría maya y como prueba final me dio unas hierbas para que fume y me sumerja en visiones. Las visiones que vi fueron horribles pero no sin sentido vi el Apocalipsis con mis propios ojos pero yo pasaba sobre el cómo un ánima en pena. Después de las tormentas, terremotos huracanes, guerras etc. Veía como las pocas personas que había salvado junto conmigo hacíamos una ciudad en el medio del desierto y empezaban a brotar las aguas los verdes entre otras tantas cosas.
Desde ese entonces vivo en medio de una montaña y de vez en cuando hago pequeños viajes astrales con la idea de crear una fuete de personas aptas para la salvación. El que lea esto significa que es un enviado del destino y pronto será buscado por mi espíritu.
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Texto agregado el 21-05-2005, y leído por 122
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