Confundida en una vida que parece no ser más mi vida, en un sentimiento que parece ajeno a mi alma, en un cuerpo que está lejos de lo que fue, vivo…
Vivo por decir que se le llama vivir al simple hecho de respirar y comer, vivo por decir que la enfermedad no me consume y el dolor no me mata…
Respiro sólo porque muerta te causaría aun más dolor.
Pero entiéndeme tú!!!, ¿acaso soy yo la misma?, ¿acaso en mi encuentras lo que antes te gustaba?, ¿si quiera soy feliz?, ¿acaso soy tu verdadera esposa?. Debo confesarte algo…
Mi espejo ya no me mira, mis ojos ya no se reflejan en el agua y desapareció la cordillera por completo de mi recuerdo…
Tengo que confesarlo, mi cuerpo ya no me pide agua, ya no muere de sed, mis manos están cansadas de tanto pedir lo que ya no llega, es el maldito insomnio el que me está matando, es esta puta vida la que se me va de mi cuerpo día a día como una sentencia cruel y desgarradora…
Pero tú, ángel de mis sueños, consuelo de mi alma, tu lo cambias todo cuando veo tu dedicación, tu empeño, tu icondicionalidad, cuando siento tu amor desmesurado sólo pienso en que quizás y tal vez mañana será otro día, y quién sabe si tal vez un día maravilloso en que tu despiertes y encuentres aquella que aun estaba fresca de vida y llena de vitalidad, quizás un día el recuerdo de mi alma invada por completo mi mente y me lleve a ser lo que un día solí, sólo por la voluntad de tu corazón noble que intenta desde hace ya tantos años construirme una nueva vida.