Era el muelle con dos solitarios
que lloraban por separado.
La luna jugaba a la escondida,
pero nadie la buscaba.
Sentados juntos al río dulce,
dibujaron su burbuja celosa de extraños
(no invitados a su fiesta dentro de la fiesta).
Se regalaron sus manos
y se besaron antes de besarse.
La palma bajo la lectura de sus ojos verdes.
El futuro en sus líneas:
- "Conocerás el amor a los cincuenta,
un año antes de morir"-
En la boca del enamorado una sonrisa cómplice
festejó su desacierto acertado.
Auque quizas sí muera el año próximo.
O tal vez resucite.
El tonto lo sabe:
Morir de amor, es vivir.
Agredece el cambio en su vida.
Hoy encuentra la luna sin buscarla.
Sólo le basta un segundo.
Eso es la vida,
un segundo de Mariana.
Texto agregado el 21-05-2005, y leído por 153
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Lectores Opinan
18-07-2005
cuantas cosas se dicen...aun sin decirse nada... oski
24-05-2005
mmm... Un manejo de paradojas muy interesante. Bien hecho! krl
22-05-2005
Buena historia, buenas letras comvinando sentires con descripciones, felicidades. koke-36
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