La niña del vestido abierto
se levanta a la hora
en que las palabras están de fiesta
porque ella misma es una fiesta
cuando tiende sus muslos al sol
y el viento la recorre
con sus dedos infinitos
Un triciclo de cristal la espera
junto a las flores del patio
y un nido de mariposas ciegas
se desnuda entre sus huesos de miel
Y en su lecho de plumas azules
ella cuelga sus trenzas de trigo
y cuenta sus abejas muertas
hasta quedarse dormida
mientras la tarde la envuelve
con sus labios amarillos
La niña del vestido abierto
se despierta a la hora
en que los relojes sueñan
porque ella misma es un sueño
cuando abre su vestido
y los gorriones se amontonan
locos de amor
sobre sus pechos de papel
Texto agregado el 20-05-2005, y leído por 161
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Lectores Opinan
21-05-2005
Revoloteando por parajes anda usted, excelentísmo señor Meléndez. Ya he conocido de usted en Isla Poética, y ahora os encuentro entre los Cuenteros. Bien con la niña de los los ojos de Rimbaud... Esperemos nada más que la pobre no se ahogue en un barco ebrio que sea tan iluso como un cerebro de niño. Saludos. Ophelia_Plath
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