Busco la forma de escapar,
Pero no puedo,
de esta habitación acolchada,
donde hay tan solo un frío suelo,
una oscuridad helada,
susurro de voces, a lo lejos
y...¡oh sí! Una puerta,
pero esta cerrada.
Miro a mi alrededor,
no encuentro nada,
sigo removiendo en las sombras,
asta hallar en un rincón ,
en lo más oscuro de la habitación,
lo que parece ser un plato, o algo así,
lo cojo con cuidado, qué hará un espejo aquí?
No tiene nada de particular,
Excepto la inscripción de un borde: Malkav.
Me miro al espejo,
pero no veo mi reflejo.
Veo sufrimiento,
veo muerte,
desconcierto...
Quiero retirar la vista pero no puedo,
es como si me contentara al verlo,
tan solo puedo verter lagrimas,
y mientras las imágenes pasan,
las lagrimas van cayendo,
lagrimas de sangre y un triste lamento,
pensamientos buenos y malos se entremezclan,
y las voces, antes lejanas
ahora en mi cabeza estallan.
Decidme:
¿cuándo me volví loco? ¿ cuándo perdí la cordura?
¿cuándo mi existencia se convirtió en tortura?
¿cuándo empezó mi deleite por el sufrimiento humano?
¿es que no hay alternativa a estar condenado?
Entre la confusión y el llanto,
El espejo se desliza de entre mis manos,
ahora de él sólo quedan pedazos,
coger un trozo, rasgar mi vena,
Y así alcanzar la paz eterna.
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