Imagínate la Luna
despedazada en tus manos;
descubre entre tus recuerdos
la sensación de cansancio
que adormecida en tu alma
espera ... un "mientrastanto".
No son pedazos de Luna
lo que acarician tus dedos;
son la llagas de una herida,
son los surcos del destierro,
son las notas disonantes
de un maltrecho recuerdo.
Sueña pues con las estrellas
que iluminen tus recuerdos;
que la Luna ya no brilla,
que la sal, ya se ha disuelto;
que el corazón se destroza
y se compone de nuevo,
que la vida sigue y triunfa;
mientras tanto ... hasta luego.
Texto agregado el 19-05-2005, y leído por 141
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