No vayas tan confiado esa noche
Por Dylan Thomas,1952
No vayas tan confiado esa noche,
la vejez quemara y delirara al final del día
Odio, odio contra la muerte de la luz.
Aunque los inteligentes saben al final que la oscuridad esta bien,
Porque sus palabras no van por las ramas ellos
No van confiados esa noche.
Los hombres buenos, los que quedan, lloran por lo brillantes
Que sus delicadas hazañas podrían haber danzado en la verde bahía,
Odio, odio contra la muerte de la luz
Los hombres salvajes que alcanzan y cantan al sol en vuelo.
Y aprenden, demasiado tarde, que ellos se afligieron a su manera
No van confiados esa noche.
Hombres importantes, cerca de la muerte, que ven con vista ciega
Ojos ciegos que pueden arder como los meteoros ser felices,
Odio, odio contra la muerte de la luz.
Y tu, mi padre, ahí en tu alta tristeza,
Maldice, bendice, a mí ahora con tus fieras lagrimas, ruego,
No vayas confiado esa noche.
Odio, odio contra la muerte de la luz.
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