En coasiones como esta, me hubiera gustado tener la gracia y virtud del señor García Márquez, para relatar vivencias tanto mías como las de otros; asi como antes me tope alguna vez con Doña María del Pueblito (la cual ya alguno de ustedes conocen) esta vez llego a mis manos y digo literalmente, llego a mis manos una historia, un diario, una vida.
Si alguno de ustedes conocen un servicio de urgencias hospitalarias, sabran que es un mundo paralelo, donde los minutos son mas densos entre estas cortinas y lamentos, que hoy cobijaran esta historia.
Una historia
Durante Diciembre uno se puede encontrar una noche de guardia tranquila y sin demasiadas urgencias reales; pero lo comun es que todas las salas se colmen de "urgencias", tales como gripas de siete dias, dolores de cabeza de 15 dias, convulsones o amenazas de infartos de esposas histerizadas o jovencitas suicidas express con botes de TUMS.
Esto es la parte de la vida e una guardia medica, asi como la realidad de que mientras el medico come, la gente sufre un lapso de estupidez masiva increible, pues, coincidentalmente es cuando mas accidentes ocurren; asi que mientras me disponia ha disfrutar un triangulo de por si medio frio de pizza de pimiento, se escucho el azote de las ya flojas puertas de Urgencias y vertiginosamente antes de que me intentaralevantar ya tenia en mis narices gritando a una mujer cuarentona con aliento hiperventilado gritando que se moria su hija....Camila.
Todavia con el sabor del queso endurecido en los labios me incorpore, dejando a hipoglicemia de 12 horasen la mesa y como todo medico en estas situaciones de urgencias, trate de mantener la calma y evitar que la inherentes emociones de los familiares magnifiquen la situacion. Al ir recorriendo el pasillo que va desde la cocina hasta el pabellon de ingreso, me voy convirtiendo en una persona que un lapso de segundos tendra un enjambre de situaciones y una trenza de enigmas que resolver en segundos y salvar una vida.
Todas las urgencias tienen cierta escenografia comun, casi ensayada, que las peliculas tragicas de Buñuel, serian novelas de kiosco; Camila, estaba disuelta en el sopor del lamento silencioso de su rictus y palidez, escurrido cuerpo entre de los brazos de un hombre, aterrorizado amante, el cual deduje era su marido, que en un movimiento sincronizado de flexion y extension del cuello vociferaba angustiado:¡ yo no queria a que se pusiera asi!, ¿verdad que se va poner bien?.... continuara |