No era ya momento de volverse atrás; demasiado tarde; había que seguir adelante, siguiendo el plan.
Los nervios templados, la mirada perdida para no delatarse, control mental absoluto…
Si hoy lo conseguía su vida iniciaría un camino ascendente. Iba a superar ese punto de inflexión y el momento iba a tener lugar en tan solo unos segundos.
No se podía permitir un nuevo fracaso; había preparado la operación con todo detalle; horarios, flujo de clientes, su propia indumentaria para impresionar…
Sus músculos permanecían tensos, controlando cada movimiento a su alrededor; no debía dejar ninguna circunstancia al azar…
Una gota de sudor frío le perlaba la frente y sentía la camisa pegada en su espalda.

Ya está, llegó el momento esperado… Ahora o nunca.
No dio casi tiempo a que saliera la última clienta; antes de que la dependienta pudiese preguntarle…
Las palabras se le amontonaban en la garganta… repetía mentalmente: “Una caja de preservativos, una caja de preservativos…” ¡Vamos, eres capaz!… ¡dilo!…

- ¡¡¡Una caja!!!...
-¿Una caja de que?
- Ddde de aspirinas…