Atrezzo
No podemos caminar por la vida desnudos. Seríamos demasiado vulnerables.
Por eso, somos cómicos, titiriteros, actores de sentimientos.
Preferimos pasar por la vida disfrazados, por miedo a lo que los demás pensarán de nosotros si realmente descubren como es el ser interior que todos portamos.
Yo no quiero eso. Me rebelo. Mis corazón me dice no. Aunque hasta ahora, mi mente me ha dicho sí. Mi mente, por ahora, se impone.
Aunque un día vencerá mi corazón. Y mi mente se romperá en pedazos.
Un día saldré desnudo a la calle, y no me importará lo que la gente pueda pensar. El aire azotará mi cuerpo, extenderé los brazos, miraré al cielo, y exhausto de correr, me dejaré caer en el jardín, sintiendo el césped acariciar mi cuerpo…
Ese día llegó. Y pasó.
Hoy, apoyado en las paredes acolchadas de mi habitación, adormecido por las medicinas, privado de libertad –insano dicen-, maniatado, no puedo dejar de pensar que ese momento, fue el mas cercano a la verdadera libertad que nunca he estado, y que nunca podré estar.
Quizá la locura sea una forma de libertad…
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