Permítame explicarle Sr. Cardenal:
Uno de mis ancestros, Reubén engendrado por Isaím el Iluminado, fue elegido por Yavhé y participó en la escritura de los Evangelios denominados Apócrifos (posteriormente proscritos por el Concilio de Trento), pero El Todopoderoso cayó en cuenta que no eran posibles dos historias verdaderas al mismo tiempo... que podía haber gran confusión y que la verdad cierta había quedado en entredicho.
Para arreglar las cosas declaró que la única verdad cierta sería la que ustedes los católicos tienen, con lo que aclaró las cosas, y como castigo convirtió a mis antepasados y su descendencia en ateos, pero, como para compensar un poco las cosas, les dio la capacidad de detectar los fenómenos Divinos, es decir, nos hizo, de ahí y para siempre, capaces de distinguir un milagro verdadero de uno falso, de saber a ciencia cierta, cuándo algo o alguien tenía presencia de Dios en su sustancia o manifestación, a pesar de que, por su condición de ateos, no pudiéramos creer en nada que no tuviera una explicación científica o racional.
Pero por el hecho mismo de ser ateos y estar apartados de la práctica de lo místico y ritual, los de mi familia y yo mismo hemos sido soporte y prueba de acontecimientos divinos y milagrosos que han jalonado la historia de la Cristiandad, así, por ejemplo, en los tiempos de Carlomagno, alguno de mis antepasados supo distinguir de entre cientos, la verdadera lanza con que atravesaron el costado del Cristo en la cruz, y por eso, aquel gran rey pudo, al usarla, vencer a sus enemigos y hacer más grande su reino y su gloria; otro de mis parientes está a punto de dilucidar lo del Santo Sudario, Abdías mi primo, pudo desechar la casi totalidad de los más de dieciocho metros cúbicos de "astillas y fragmentos de la verdadera cruz del Redentor " que se vendían en los alrededores de la plaza de San Pedro en Roma...
Así es cómo y por qué pude distinguir, sin dudar ni un momento de entre los crucifijos y medallas que usted colocó sobre la mesa, cuál estaba bendita y cual no, tal es mi talento heredado... ya vio Sr. Cardenal: siete si lo son, veintiuna no lo están... Ahora, respecto al motivo de su consulta, ya le puedo contestar categóricamente: Sí, definitivamente el objeto que me trajo a analizar estuvo en contacto con la Divinidad, y en parte es producto de la misma, y está bendito indiscutiblemente; por lo que, en condiciones apropiadas y con la fe suficiente, hay grandes posibilidades de operar un milagro, alguna curación, en fin...
Que, por otro lado, yo no sabría bien a bien como darlo a conocer, por que, aunque haya sido encontrado en esa cueva de la ruta a Egipto, que la cueva estuviera intacta por tantos siglos, que la excavación haya sido realizada por autoridades científicas y eclesiásticas de primera línea y que la presencia de la Divinidad la haya certificado yo mismo... un pañal usado, por sagrado que sea, aunque haya sido usado por un Dios Niño, nunca dejará de ser un pañal usado... y posiblemente sea necesario un Verdadero Milagro y mucha imaginación para incorporarlo al conjunto de las Santas Reliquias...
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