Lo esencial es invisible a los ojos, la vista ve lo concreto como verás y lo real transa con la mentira.
Cuando te tengo junto a mí pierdo la realidad y la noción del tiempo para encontrar la esencia de mi ser. Lo desconocido atrae, lo conocido brinda seguridad.
La oscuridad no es real, solo existe la falta de luz. Cada ser es una fuente de luz, sólo hay que saber donde alumbrar y descubrir que lo que se está enfocando es un espejo que refleja la misma luz.
La esencia de dos seres que se atraen está constituida por dos verdades distintas, la luz y la realidad. Cuando una de estas dos escasea, nunca se va a estar mas lejos de lo esencial.
Hay que nadar sobre el abismo y mancharse con las sombras que cubren la muerte para darse cuenta que ninguna de las dos cosas existen.
La vida no tiene sentido sin un espejo que devuelva la imagen de la esencia y la pureza de sentirse invisible y a la vez impregnado de luz y verdad.