Neira, Mayo 17 de 2005

Respetado fantasma:

Después de mucho tiempo me decido a escribir nuevamente y que mejor que enviarle un par de cartas a los seres de mi imaginación, como tu eres uno de ellos he decidido escribirte esta carta y contarte un cuento.

Hace algunos meses caminando por los caminos que me dió la imaginación, me encontré un hermoso ser, era azul, gris y negro, pero nunca rojo, era una hermosa mariposa sacada del bizarro mundo de mi subrealidad, allí donde todo se puede, me encontré alguien lleno de color.

La vi pasar cientos de veces frente a mi tumba y sentí tantas veces su olor azul, pero nunca perteneció al mundo de mis cuentos, hasta el día que pintó una lagrima roja en su mejor atardecer, fue allí cuando como sacado del peor de los cuentos aparezco yo, en un corcel y vestido con una brillante armadura, pero no soy ni guerrero, ni caballero, y mucho menos artista y por tratar de borrar esa lagrima roja, no se lo que hice mal y fui borrado de su obra maestra. Ya no seré pintado más en sus sueños. Fue ahí cuando me di cuenta entonces que había conocido un hada.

Al regresar a mi tumba, era diferente, algo había cambiado, ya no era solo gris y negro, ahora tenía color, un hermoso color azul que ya no era parte de mi paisaje habitual. Me sentí un ser extraño en el propio mundo que escribí para mi, entonces me di cuenta también que aquella hada era lo que estaba buscando, pero ni siquiera lo sabia, me dí cuenta que escribí cientos de cuentos que nadie entiende solo para ponerla a ella ahí, a la hermosa mariposa con patas de grillo.

Pero con sus patas de grillo quiso saltar y de un brinco llegó al mundo real, ella puede, es un hada, pero en el mundo de los cuentos es libre, es un hada, nadie la quiere encerrar ni atrapar así pensemos que tenemos el estuche perfecto para ella. Pero pobre hada inquieta quiere un pedazo de realidad.

En el mundo real hay cientos de cárceles imaginarias, yo conozco el mundo real también pero lo veo por una ventana pintada en la pantalla de un computador y desde ahí te escribo esta carta querido fantasma, una carta al fantasma del mundo real, pero cuidado, no la vallas a leer, es para ti, pero no tienes permiso de leerla, solo esta en la imaginación de mi hada, no toques sus cosas, no le quites la libertad, sus cosas son de ella, de nadie mas, no busques lo que no es tuyo, te puedes encontrar un montón de cosas, entre ellas, esta carta.

Pero si lo haces, si la lees, dejaras de ser mi fantasma y yo pasaré a ser tu fantasma, en el mundo de mi hada tu eres real y yo un cuento, pero la espero en el mundo imaginario, lo único que te pido es que no le cortes las alas a mi hada, ese seria el pecado mas grave en el mundo de la fantasía y tendrás que enfrentarte a la legión de demonios que castigarán tu pecado.

Atentamente:
Tu fantasma.