¿ Ella se llama......... ? mmmmm....no me acuerdo.
Una historia de vida bastante arrugada y desplanchada, con remiéndos de cualquier color, con zurcidos invisibles pero no tanto.
Sin embargo apareciò y como un ángel se instaló en mi MSN.
No es una historia para lucirla, ni para lucirse como el de otras mujeres.
¿ Viuda ? ...¿ Separada ? ....¿ Divorciada ?, no me dijo, pero sí que vivía sola, estaba sola, y se sentía sola. Lindo aspecto de mujer, 4 hijos.- ( tambièn cada uno con sus historias ).
El dia que me contactó me contó, sus dramas de soledad, que son comunes a muchos de nosotros, me hablò de los hombres que pasaron por su cuerpo y por su alma.
Me dijo : ¿ Que hacer con esa historia ?.
- Haz un bollito de papel, arrúgalo en la mano hasta hacerlo chiquito, y después te propones tirarlo para atrás, por encima del hombro derecho, y pide tres deseos, sin volver la cabeza así los deseos se cumplen.
- Y eso hizo. Lo pensó y lo hizo.
A partir de ahi comenzò a caminar liviana como un pájaro todo de plumas. Entró en el país de las maravillas, donde todas las mujeres se sienten Alicia.
Comenzò a tener esperanzas, y dejar de ser el pájaro de plumas mojadas por alguna tempestad. Dejó las espinas y las cambió por rosas.
Comenzó a soplar sus propias cenizas y encontrar que otras brasas se encendieron. Se dió cuenta que cada cual anda por los caminos con sus propias historias.
Ja. Ja.. Ya reìa, le gusto eso de hacer un bollito y tirarlo para atràs. Se fueron cumpliendo sus pedidos, que en realidad eran sus sueños. Descubrió de todos modos, que tenía algunos maderos que le habían servido en algunos naufrágios.
Se lucía como margaritas silvestres, que aunque estuviesen mojadas por tantos llantos, adornaban su cuerpo.
Volvió a tabajar con una alegría distinta.
Asi la conocí, viajo desde sus montañas, hasta mis playas, mi mar. Se sentó a descansar en su orilla. Se quedó un tiempo con los ojos abiertos mirando nada, hasta que vió un gorrión, salido de una ola, que se le subía a la falda y le traía en su pico el, bollito de su historia.
Le volvieron los colores. La música a su vida. Recuperó la risa, el brillo de sus ojos, la ternura de su mirada, esperanzas que estaban dormidas, las caricias de su mano de seda, la luz en todo su ser.
Su cuerpo vibraba como nunca en el amor.
Guardó en su cartera ese bollito y me agradeció.
- Me dijo: Gracias por tanta ternura, como puedo pagarte la idea.
- Le dije: Tu historia era como una flor y a ella yo me acerqué como una abeja.
Que volviese a sus montañas pensando todas las cosas que debía desarrugar; que ya no se sentiría, ni estaría sola, que al mirarme se viera y que yo me quedaría esperando que a su regreso sus labios digan,
"te quiero",
"te extraño",
o un imprevisto "te amo".
En su retorno llevaba un bagaje de experiencias inéditas para ella que la habían fortalecido y una visión mucho mas madura del mundo y de si misma, permitiéndose además actuar con un poco más de irresponsabilidad.
Aceptando sus cicatrices pero con mas sabidurá, llegó a sus montañas, y vive a la manera de un jardinero que mueve una planta porque sabe que crece mejor junto a otra. |