La esperanza que me sostiene...
Aunque aparentemente hice mi renuncia.
¡Qué contradictorio es el sentimiento,
que se refugia en recuerdos vagos, y vagos sueños!
Cuando por un minuto a tu lado todo lo daría
sin pensar siquiera en que de bueno me traería.
Renuncié pensando: “Tal vez, un día...”
Cuando la juventud nos abandone y tu esperanza muera
Entonces, en aquel momento, nacería la mía.
Si me acercara a ti ¿qué pasaría?
Sólo por ver en tu rostro la sorpresa,
Por imaginar que en un momento, un instante,
Leer en él anhelante: Un “Quizás...”, Un “Tal vez
¿Morir extasiada al ese minuto realizado?
O tal vez ahogar la ilusión en el momento dado
En que al despertar supiera que te has negado.
Es difícil sentir y no sentir al mismo tiempo.
Es imposible vivir y sentir que muero por dentro.
Más después de meditarlo ¿qué me queda?
Tu memoria, una mirada y la misma pena:
La esperanza agonizante y la misma tristeza...