En este momento no recuerdo mi nombre... realmente no recuerdo si alguna vez lo tuve, solo se que estoy en medio de un vado, una herida cruza mi espalda y siento la sangre fluir por ella, ya no siento el dolor. Una espada es sostenida por mi mano, tiene un color herrumbroso impregnado en ella, su pálido resplandor refleja la luna, y siento como esa misma luna me ha dado la fuerza para derrotar a mis adversarios. Fija mi vista esta en la figura que baja por la colina, parece una persona, pero es la expresión del odio personificada, sus largos cabellos esconden unos ojos negros como la noche que lo vio nacer, puedo ver que es mas grande que yo, pero el peso de su espada dobla su cuerpo, sus pies van quemando la hierba del camino y la sombra que lo acompaña crea un silencio a su alrededor. Su mirada se cruza con la mía y mi vista se nubla, siento sus pasos cada vez mas cerca y mis oídos ensordecen, no puedo contener el miedo, pero se que mi destino esta aquí. Su espada se levanta y el entrechocar de los aceros me hace temblar, otro golpe corta el silencio y siento que las fuerzas me abandonan, mis ataques son rápidos, pero los suyos cada vez mas certeros. Un grito ahoga mi garganta, y un relámpago decide mi destino. He caído, siento una nube frente a mi, mis ojos se cierran, mi ultimo suspiro lo expreso en el odio por la imagen que veo, la sombra de ese maldito guerrero cayendo junto a mi