Para encontrar la ruta más segura, para bogar entre la mar bravía, para alcanzar puerto y abrigo: ...No hay faro más radiante que tus ojos... En el tumulto de olas y arrecifes, la indescifrable luz de tus pupilas destella el rumbo sin errores: ...No hay faro más certero que tus ojos... Para encontrar en medio de la noche, dónde posar la tibia suavidad de mi esperanza: ...No hay faro más amable que tus ojos...
Texto agregado el 16-05-2005, y leído por 150 visitantes. (1 voto)