Quiero sentarme en el pasto,
no en césped,
en pasto agreste.
Respirar naturaleza
a pulmón pleno,
saturarme los ojos de luz
y sombras recias,
y los oídos de armonía primitiva:
de esa
que saben componer
los árboles y el viento.
Quiero vagar
despreocupadamente,
sin prisa,
admirado y sorprendido;
sin más finalidad que
ser y estar...
Y ya saturados los sentidos,
meterme dentro de mí,
muy dentro,
profundamente,
hasta donde yo solo me detenga.
Antes de salir
haré un balance,
no por cuantificar
sino por
analizar partidas;
y, a manera de juego serio,
las reacomodaré ...
Caleidoscópicamente,
para que surja una figura
con perfiles de esperanza,
con colores de autocrítica,
con capacidad de amar...
Entonces, entonces
me saldré,
regresaré a mi mundo
y me pondré a trabajar...
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