No te quiero engañar
ni con silencios,
no te quiero engañar.
Es preciso que sepas
mi mentira...
...una que me contó la vida.
¡ Pero fue mi verdad,
y aún es casi mentira !
Con estulticia la seguí
constante,
y se me hizo tradición,
como apodo certero...
¿ Mi mentira - verdad ?
Buscar mitades,
equilibrar justificando
medios;
no decidir,
no llamar a las cosas
por su nombre...
Jugando al justo medio
y al extremo centro,
no supe nunca decidir...
y me quedé estancado.
Fines y medios me pesan
como losas,
inmensas construcciones
de artificio
que lucho por mover
y se resisten,
-y me resisto yo-
¡ pues a la postre soy quien
les da vida !
Quizá no logre nunca romper
las estructuras,
pero al menos
ya siento que me oprimen.
Y peleándome yo
con mi pensar estrecho,
busco ampliar el espacio:
Ese ideal codiciado,
indefinible.
Espacio
-no claustro -
ventana sin batiente,
sin cristal ni marco.
Ventana esférica
que me exponga
desnudo a la intemperie
para sentir los efluvios
brutalmente primarios
de la vida.
Y aspirar anhelante
la esencia elemental de
su mensaje:
Para ampliar el pecho...
...y gritar...
¡ Gritar !
gritarle al mundo:
¡ Aquí me tienes !
...con sordo retumbar de jabalina
que acaba de incrustarse en
suelo duro,
para poder llorar
( cuando llorar se pueda )
para reír sin freno,
hasta la carcajada...
No evadir compromiso ni
respuesta y,
enamorado al tope de mis
fuerzas, poder decirte sí,
¡ TE QUIERO !
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