Detener el tiempo un instante. Mirar atrás y pensar.
¿Cuándo me dormí?.
¿Cuándo comenzó la pesadilla?.
¿Recuerdas esos sueños, mi niña?.
Sabes que sueñas, y quieres despertar.
Pero no puedes...
¿Algo así sentías antes? ¿Sabes que sueñas?.
¡Pues impón tu voluntad!.
Si te lo propusieras podrías volar...
Siente como te elevas, como el aire acaricia tu cara.
¡Conquista tu libertad!.
¡Destruye el collar de esclavitud que te autoimpusiste!.
No pienses que fue un error ... Aprende de ello y vive.
¿Puedes sentir el dolor de una flor? ¿Aspirar el aroma de un atardecer?.
Piensa cuántas personas no son capaces de esto ...
Se pasan la vida ofuscadas en casas vanas. Pasan la vida
corriendo tras la fama y la fortuna ... pero nunca se han parado a ver un atardecer.
¡Pobres! ... ¿No te dan lástima, mi niña?.
Tú lo perdiste una vez.
Buscabas algo. ¿Te acuerdas de qué?.
¡Oh! ¿Lo olvidaste por el camino, verdad?.
Te perdiste en la oscuridad y tenías miedo.
Querías gritar, pero tu boca no emitía sonido alguno.
El inframundo no es lugar para una niña ...
Es oscuro, frío, solitario.
Si te dejas llevar, ¿cómo saldrás?.
Te acostumbraste a vivir con el veneno en tu sangre y piensas:
“¿Cómo podré vivir sin esto?”.
Pero también sabes:
“¿Cómo voy a vivir con esto?”.
¡Ah! ... Eterna lucha ésta.
La mayor lucha de todas, mi amor.
¿Quién puede ganar aquí?.
Tú contra ti misma ...
Un día, no sé exactamente qué te pasó.
Quizás estabas ya en el camino. Atravesabas el laberinto.
Había gente a tú alrededor. Al otro lado del velo que separa
el mundo de los vivos.
Pero ellos no te pueden ayudar. ¿No quieren?.
No, no creo. Pero tienen miedo. No saben cómo ayudarte
y desesperan en el intento.
¿Te acuerdas, verdad?.
Caminabas en la noche eterna, pero viste una chispa a lo lejos.
Viste la ventana al mundo que te estabas perdiendo.
No a un mundo superfluo y apático en el que muchos moran.
Viste el mundo de la vida ..., el amor, la belleza eterna de las cosas.
El camino tiene baches y socavones, pero ya lo sabías.
¿No?. Sí, claro que sí.
Nunca olvides una cosa, mi niña.
Nadie nunca amará la libertad más que aquel que fue esclavo y ahora vuelve a vivir en libertad.
Sí, ... somos animales. Nuestras células y átomos están ligados a la gran Madre.
Ella que da la vida, es nuestra ama y señora.
Ella está en cada célula, montaña, en cada flor ... aunque lo olvidemos a veces.
Sus cadenas son las únicas que jamás podremos romper.
No busques un imposible.
Vuela, ni niña ... Deja que el viento enrede tu pelo, acaricie tu nuca, bese tu piel ...
¿Ese atardecer te hace llorar? ¡Pues llora!.
Llora ante tanta belleza, tanta vida ... ¡Y casi te lo pierdes!.
**N** (Verano de 2003)
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