Hoy hace un frío de esos paradójicamente infernales, la estufa me está causando dolores de cabeza, la bufanda me pesa, no se parece a tus manos... el eco de mis murmullos de soliloquio se me congelan en la estancia, y el sereno se traslada a mi cuerpo agitado... no paro de temblar, parece que los paltos me cantan allá afuera, nada tiene sentido completo...
Las esquirlas se clavan en mi pecho, es real, es tan real, no estoy soñando, jamás me refugié en la cama, está quieta y mojada, cae un lagrimón de la sábana.
Se siente tanto frío que las orugas murieron antes de ser mariposas, las flores se suicidan en la sala, todos los colores se van durmiendo en mi rostro, esta matanza no perdona al tiempo...
Allá afuera todos dejan pasear sus promesas por la calle, polera, short, anteojos de sol...
Y dónde he guardado el sol, en qué carta tuya iba tan oculto que lo hice mil pedazos
Condenada en mi propio hielo, acorralada de espasmos, insufrible junto al vacío, me pesa el ruido de la lluvia, mis ojos están secos...
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