Querida Sara:
No te niego que fue una sorpresa encontrarme con el departamento semi vacío cuando volví. Pensé por breves instantes que había entrado en el vecino, pero no, la puerta decía 4B y la llave había girado con suavidad en el picaporte.
-Entraron ladrones- pensé. ¿Recuerdas, como en el 3C el año pasado? ¿Estarías amordazada y esposada a la cama como en las películas policiales? Nada de eso.
Una nota pegada al refrigerador me puso al tanto de lo que había pasado.
Pero yo te perdono todo, Sara.
Lo de Javier y el amor que se tienen. Tus sospechas y celos enfermizos de Laura, “La tetona” como la llamabas despectivamente. Haber perdido “nuestro” bebé a los tres meses de embarazo después del accidente que tuviste en el auto. Llevarte todos los muebles y el dinero de la cuenta corriente que teníamos conjunta en el Banco Central. No tengas ninguna culpa. Si quieres culparte de algo, es de hacerme comer todos los viernes porotos rojos porque por tu religión no comías carne los viernes y por haberte llevado mi sillón de mimbre y a Pompón, el perrito que era el único que me quería en esta casa.
Me dices que perdí la amistad de Javier pero que el “el amor puede más” como dice Rodrigo en su canción, y yo te agrego que no perdí nada, ahora es mi mejor amigo. A propósito, la filmadora que buscabas el mes pasado no la robó nadie, la puse en el sótano para ver quiénes tomaban sin permiso los vinos. Así los descubrí, tenía mis sospechas y las confirmé. Por cierto, eres muy fotogénica, aunque estás algo excedida de peso, creo que te vendría bien acudir a un gimnasio para mejorar tu silueta. Al verlos supe inmediatamente dónde había ido a parar mi libro ilustrado del Kamasutra.
Como no te guardo rencor te daré algunos consejos para que el idilio con Javier sea más duradero:
1- Deja de cocinar tu receta de guisantes al ajillo. No niego que tienen un riquísimo sabor, pero las consecuencias de comerlos en exceso acabarán muy pronto con el romanticismo entre los dos.
2: Tu intuición sigue siendo buena con relación a mi gusto y preferencias con las mujeres. Es verdad que tenía “algo que ver” con Laura, pero no lo es que ella sea una tonta insípida como la definías, y si tanto quieres saber qué le veía te lo diré: Un par de tetas naturales que ni las artistas de cine tienen, una cola durísima y lo que es mejor, hace el amor de maravillas. Como te darás cuenta lo que menos me importaba de ella era si sabía de Platón o Kafka.
3-El aborto natural que tuviste a los tres meses de embarazo no se debió a mi herencia maldita. Es verdad que mamá tuvo muchos abortos antes de parirme, pero también es verdad que no puedo tener hijos. Unas paperas mal curadas se encargaron de eso. Así que busca por otro lado para maldecir.
4-No pidas perdón por llevarte todos nuestros ahorros. Tenía una cuenta paralela a mi nombre desde que supe que te volviste adicta a las prácticas hindúes con Javier. Tampoco salió mal el negocio que hice con la venta de los inmuebles, al contrario, salió redondo. Ah, gracias por firmar esos papeles que no quisiste leer porque tenías turno en la peluquería.
Bueno, te dejo, Laura me llama y no le gusta que la hagan esperar. Que te vaya bien, recibe un beso amistoso en recuerdo de los buenos tiempos.
Jaime
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