transito pesado, solo camiones y acoplados,
autopista cargada de todo nosotros, los mas maldecidos por todos, peor que los colectiveros. curva cerrada, cedo el paso sin avergonsarme, y la carga frena en mis espaldas venigna; cuesta remontar la rodada, hasta con rebajes resonga el mionca. pero no todo termina en este temor de quedar empantando en la ruta, sigo, como el salmon con la corriente en contra, luchando contra la gravedad, con argumentos, sobre el pavimento mojado por la lluvia. salgo por fin de la colectora y avanzo por la autopista medianamente despejada, ahora tranquilo enciendo un cigarrillo con gusto a grasa de tren delantero, y sigo, por un momento flasheo con escapar, y sigo, sonriente, recortando distancias como figuras de un periodico, recorriendo con mi memoria lugares que conoci antes y que ahora se reflejan reales.
y sigo, porque esa es la escencia de mi funcion en el presente, aprieto el famoso aselerador a fondo y apenas muevo un poco la cosa, pero no me desespero: mientras mis pulmones respiren humo de tabaco, estoy tranquilo hasta en la carcel. y sigo, porque la ruta no ha dicho aun sus ultimas palabras de hoy, quedan aun mojones por descontar, carteles que leer...y sigo, en el sentido de continuar, de cumplir con una distancia obligada.
de llegar al fin del camino diario mio de cada dia.
un beso para salome si es que me esta leyendo.
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