DUDAS
Observaba la pantalla con intensidad dolorosa, ya habían pasado más de 20 minutos del segundo tiempo y el partido continuaba empatado. Con el cuello rígido y las manos entrelazadas, veía los ires y venires de balón y jugadores, no creía poder hacer otra cosa, y así se mantuvo hasta que les cometieron esa artera falta, tan cerca de la portería enemiga que el júbilo lo invadió y decidió que era el momento de actuar.
Se relajó, respiró hondo y enderezó los dedos índice y meñique de la mano izquierda (la del corazón) flexionando los demás y dirigiendo el gesto a la pantalla, hasta tener entre dedo y dedo la imagen del jugador que iba a cobrar la falta, cerró un ojo y emitió un ruido muy especial mientras lo tenía en la mira. Se concentró a profundidad, cerró el otro ojo para ver mejor, y confiadamente esperó a que se cobrara la falta... sonó el silbato y el balón salió volando hacia su meta, desviándose del blanco apenas por centímetros... pero no cayó el gol. Escuchó todo, separó ligeramente los párpados con incredulidad, la repetición instantánea no le dejó ninguna duda, el esférico pasó cerca, muy cerca, pero no se anidó entre las redes.
Se hundió en un mar de dudas, dudó de la justicia divina, de la rectitud de los hechos, de la honestidad del jugador... de... de... casi todo... ¿Tendría también que dudar del encantamiento... ?
Pues... sí,... si era necesario, dudaría también de la brujería, la magia o lo que fuera menester, por que lo concreto, objetivo e importante, era que su equipo ganara, por sobre todas las cosas... Se preparó a deshacerse de hechizos y encantamientos, de actitudes místicas y subjetivas, se preparó a dejar en libre juego las fuerzas del azar y la casualidad... pues sabía bien que, sin ataduras, libres... por puro agradecimiento éstas actuarían en el favor de su causa... Volvió a relajarse, dejó quietas las manos, entornó los ojos hasta convertirlos en un par de rendijas brillantes, y poco a poco se fabricó una sonrisa taimada y sardónica que no auguraba nada bueno para el equipo vestido de amarillo...
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