...Vaya a saber donde habrá surgido esa pasión, quizás de su padre amante del juego.
Él sólo sabía que el fuego en esa noche recorría a cada segundo, entre la sangre que abundaba en sus venas, en el latir de su corazón, tal vez traicionero.
No podía pensar en nada más que eso. su vida dependía de ese instante, como todo instante, espontáneo...
Tomó una decisión, sin saber si era la correcta.
Entonces partió de su casa a las 11:59, para llegar a la vuelta de la esquina, y volviéndose frío para no perder la costumbre, se arriesgó.
Debía salvar ese espíritu para que no sea convertido en ánima, ese ser tan querido... Ese día debía salvar a su abuela, su misión sería matarla o de dejarla. Pero...¿a cambio de qué? ¿qué le pedía esta vez la vida?. Esta vez no era dinero, no era traición, era algo mucho más importante, no era lo de siempre, era algo que no tenía precio.
Esta vez debía ofrecer su alma al diablo.
Y entre el sudor que mojaba su piel, y el latido que golpeaba su pecho, despertó, vaya a saber donde... |