Me dejo llevar como una hoja sobre la superficie del río voy mecido no interrumpo mi destino. En un tiempo confundía las señales mi inquietud construía caminos de retorno confiando demasiado en mis dominios. Ahora sé que hay algo en mí paternal y maternal al mismo tiempo y confío hace por mí me alimenta con sublime alimento del espíritu. Pienso y hago sabiendo que no soy sólo quien gobierna mis atinos.
Texto agregado el 12-05-2005, y leído por 313 visitantes. (12 votos)