He estado pensando en la evolución de los seres y en la dignidad de cada tipo de ser.
Me confunde constatar que pertenezco a una especie 'desarrollada' que depreda de todo lo comestible para sobrevivir.
¿Por qué digo esto?
Porque en el principio de los seres vivientes me imagino a creaturas unicelulares que consiguen convertir la energía del sol en parte de su supervivencia. Pequeños seres que fueron evolucionando, organizándose hasta formar lo que ahora conocemos como vegetales. ¡Qué maravilla! Seres vivos que convierten la luz y minerales en alimento.
Pero en un momento de la historia algunos de estos seres quisieron asegurar su existencia, quisieron crecer más rápido, quisieron obtener mejores recursos. En este momento se descubrió que se podía obtener energía robándoselo a otro ser vivo, sin medir siquiera que eso podía significar la muerte del otro ser, víctima de esta sed de vida.
Comenzó la era de los seres depredadores, que fueron fortaleciéndose y multiplicándose gracias a sus prácticas indignas.
La necesidad de asegurar la sobrevivencia estimuló a estos seres a moverse cada vez más rápido hasta que dejaron de tener raíz y comenzaron a nadar, a reptar, a volar en busca de medios de supervivencia.
El ser más evolucionado es el que quiso asegurar mejor su existencia a lo largo de los siglos y fueron cambiando lo más rápido posible para adaptarse eficientemente al devenir de la naturaleza.
Es así que el ser más avanzado era el que se podía adaptar rápidamente al frio o al calor, que podía protegerse de los demás depredadores, que podía diseñar métodos para obtener su presa. Por allí fuimos apareciendo. Por necesidad de una especie que desarrolló su cerebro fuimos haciendo historia, porque esa especie quería vivir a toda costa, sin medir las consecuencias.
¿Cómo entender y comulgar con esto de que tomamos la vida de nuestros hermanos para sobrevivir?
¿Cómo no darse cuenta que esta tendencia está llevando al mundo a su ruina? Una de las cosas que asegura la existencia es la riqueza, una cómoda existencia, y muchos, muchísimos, no miden la consecuencia de sobreexplotar el medio ambiente para asegurar ese buen pasar.
No entiendo entiendo cómo podemos ser vivientes que tienen tan arraigada su indignidad. Está en lo más profundo de nuestros genes.
En los mandamientos de Dios leo: "No matarás", "No robarás"? ¿Se refería solamente a los hombres o se prolonga hacia todos los seres?
Esto es casi una pregunta metafísica: ¿Cómo puedo ser sin tomar el ser de alguien?
Ahora sólo resuena en mi interior la voz de Jesús que me dice: "El que coma de mi carne y beba de mi sangre tendrá la vida eterna". Ojalá llegue el día en que entienda que significa esta frase tan enigmática, como si fuera la pieza clave para armar este rompecabezas. ¿Será la Eucaristía la respuesta o es algo más? |