Me divierto buscándole el
perfil a la luna,
enumerando astros
y esperando el arribo del
sol y sus raíces.
La distancia entre la noche
y el día, exactas 12 horas,
no es más larga que tu
ausencia: años luz para La
Tierra.
La cantidad de estrellas en
la noche, similar al número
de espasmos que murmuré
esperándote, es impar fatal:
más de un millar de astros
bauticé en tu nombre, hasta
morder la fugacidad del aire
con una soga en los pulmones.
Texto agregado el 12-05-2005, y leído por 233
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Lectores Opinan
20-06-2005
y en la noche la espera se vuele igual de lenta, oscura y profunda... entonces uno se inventa a los borregos y los cuenta ... o bautiza al universo.* amayrany
18-05-2005
Un bello poema con nota de reflexion saludos poetaloco
14-05-2005
anoche estuve mirando el cielo... espere a que volviera, pero tuvo que amanecer nuevamente lira