(Para ti, Lionel, amor mío)

JURAMENTO SIN OCASOS

No quiero ser tu virgen
te grité que no quiero serlo.

En el límite del océano y la bruma
allá donde muere la distancia
se levanta la voz
que hace siglos nombraba
el caos y toda la incertidumbre.

En lo alto de una cruz en juramento
se viene el pasado galopante,
amarrado aquella noche
con tu imagen frente al espejo.

Nunca fui tu virgen
te grité que no quiero serlo.

Me gusta ser montaña voluptuosa, salobre.
Sumergirme tan sólo entre tus piernas
en lo profundo de la noche
en viaje interminable.

Nunca fui tu virgen
te grité que no quiero serlo.

No eres mi dios, te quiero palpitante
en el bosque que me debes,
en medio de las hojas calendario;
tal vez un querube silencioso
de amorosas manos
delirante , atrapado...

Allá en tu mundo pervivo, paseo
te tomo, beso lo que quiero.
No soy tu virgen...

En mis entrañas eterno permaneces,
sin brumas, sin océanos, sin distancias...

Tú el amado, mi arcángel caprichoso
pasajero de mi tiempo, de mis noches.

No quiero ser estatua,
me gusta entre tus brazos
ser tan sólo la mujer que descubriste
la Eva sin distancias,
la de las centurias,
espejismo todo el tiempo...

FATAMORGANA
Patricia Lara Arriagada