El niño que te mira en ese sueño
no es otro que tú mismo;
se levanta del suelo a hurtadillas,
llevando sus juguetes y sus párpados
y se va como el tiempo,
fugazmente,
a corretear sobre un patio vacío
como la muerte en una sala de hospital.
Texto agregado el 12-05-2005, y leído por 395
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La comparación, si bien macabra, funciona de un modo bellísimo. Niñez, adultez y muerte en unos cuantos versos. Es notable el tono que adopta el hablante en tus últimos poemas: hay un dejo de perplejidad al ver pasar la vida como si se estuviera tras un cristal difuso. Me gusta. newton