De vino se llenarán las copas de este Abril,
mes de los poetas,
que dejará una agradable resaca
en un cálido Mayo de olvidados romances.

Extenuados sentirán como pasa una vida
por la tierra de un Junio
que no ofrecerá nada a ángeles olvidados
ni a héroes mortales que, espada en mano,
siguen luchando por sus amores,
perdidos ya,
de Abril.

Un julio austero llenará las copas de polvo e insectos
que Agosto se encargará de asesinar
antes de que un Septiembre cualquiera
se encargue de limpiar sangre en carreteras
de los que vuelven de sus paraísos
pensando en ese Octubre.
Octubre de días más cortos
que dejan amar a amantes
en noches más largas
hasta que, en Noviembre,
comiencen de nuevo a nacer musas
transformadas en Diciembre
en mujeres de voluptuosas curvas
deseosas de amar a los poetas
y estos,
en un frío Enero,
tirarán por estercoleros viejos poemas
de amores de verano
que Febrero recogerá en su seno
para entregarlos a un Marzo maldito
que se encarga de fermentar versos
que llenan de nuevo las copas
del Abril de otro año,
de otra vida,
de otro sueño.