Sonreír sólo porque sí.
Y sentir que se flota,
sentir el aire helado contra la piel prístina
de la cara y amar ese viento.
Caminar porque sí, porque hay ganas,
porque no se necesita más porque’s.
Seguir impulsos, ser generosa,
elevarse un rato, saber estar sola,
disfrutarlo, y sin embargo,
no alejarte de mi mente más de un minuto.
Y aceptarlo… aceptarlo
y a la mierda el miedo y el orgullo.
Atreverse a ser vulnerable,
atreverse a seguir flotando,
porque el alma lo pidió así hoy día,
y no reparar en el golpe que probablemente l
legue con el paso de los días.
No pensar en el paso de los días,
aprender a amar los golpes,
disfrutar del vuelo...
Disfrutar del “dure lo que dure”.
Atreverse a no dejarse ser extrañada,
atreverse a ir contra las cabezas ajenas,
atreverse a ir contra la propia cabeza.
Dejar de atreverse y sólo dejarse llevar.
Saber que no recibiré nada de ti en semanas
y no opacar mi sonrisa sabiéndolo.
Saber que encontrarás otras,
otras que no te comprometan
en miedos y sombras,
que no comprometan en cambios,
otras que lleguen y se vayan
cuando a ti te provoque.
Y no sentir ni una gota de dolor
ni disgusto al saberlo.
Saber que te puedo tener
si me atreviera a tratarlo.
Saber que me puedes tener sin tratar mucho.
Saber que es cuestión de semanas
que volemos juntos un rato.
Y sentir que se flota,
no necesitar razones para buscarte
y regalarte todo sin pedir nada a cambio.
Disfrutar del desconcierto
que mis regalos te provocan.
Saber que no me entiendes,
que te confundo.
Amar el confundirte, los conflictos,
los cuchillos, las pasiones.
Necesitar tocarte y poder aceptarlo.
Las ganas de tocarte guardadas
como el secreto peor guardado y resistir,
resistirme a tu piel por horas
aún teniéndote al lado.
Resistir porque es cuestión de noches
que me rinda, porque sabemos todos
que me voy a rendir.
Resistir, porque así todo fluirá a montones,
resistir sólo porque sí.
Y no pensar más en nada,
no más consecuencias, no más análisis…
¿y qué si te vuelvo loco o te asusto?
Y qué… si por más asustado que estés
tú también sabes que es sólo cuestión de tiempo
encontrarte regresando en tus pasos,
regresando a ver si logras absorber de mí
un poquito más.
Sabes que si te entregaras sin más pero’s
nada volvería a ser igual.
Sabes que ninguno de los dos volvería a ser igual.
Te mata el miedo, me mata la expectativa.
Y es sólo cuestión de tiempo que nos entreguemos.
Y sonrío, sonrío porque lo sé,
sonrío porque lo escondes
y después lo escupes con sólo mirarme a los ojos.
Sonrío porque sí,
sólo porque no quiero buscar motivos
para dejar de sonreír.
No quiero dejar de flotar. |