Me dice mi interior que mire hacia adentro y se convierte él en el que observa.
Una vez adentro, soy parte de él.
Entonces yo, observándome, soy observado.
Solo en este caso el lugar me es absolutamente grato.
Pero no estoy allí.
En la vida uno tiende a estar, estás cerca, lejos, aquí y allá.
Nunca eres tú.
Tú estás.
Pero yo he pasado por mí mismo; haciéndome, también a mí, mío.
He llegado a observarme desde mí, mientras tocando me sentía y un solo ruido escuché:
A mí,
dentro de mí.
Ser.