hablaba con un curandero brasileño, de mi salud malerida, y se pega a mi lado, toda la unica tarde, que me tomo en descanso, despues de mucho tiempo.
con razon se veia preocupado, porque yo aparte,
le di a leer mi diario intimo, y le conte la verdad, de que la historia era cierta, para que, me queria secuestrar, operarme, abriendome el cogote para extirpar lo que sea; vociferaba, como si fuese mi viejo, que no podia dejarme, viviendo asi mascuyando dolor. le explique, que era tanto el tiempo que llevaba esta enfermedad a cuesta, que es una amiga mas que iluminaba mi camino. que jugeteaba libre a medias, pero libre al fin, y que con un par de certales por dia, no sentia practicamente nada...que a esta altura del destino, me concideraba, un espia infiltrado en el dolor, que era una oportunidad en definitiva, tener una alida tan desechada por todos, confesando sus tacticas destructivas.
lo invite, a que siguiera mis pasos, que ivamos a intentar juntos, la hazaña de desaparecer en la ruta.
juntos con el camion como lo cuento en el diario.
tomamos una ruta ondulante, una recta eterna, con un rio corriendo a su lado izquierdo, y otros tantos cortandolo perpendiculares; las hierbas se erisan con el viento, formando una ola de kilometros.
los pescadores, adornan este camino sin arboles, cada puente es un enjambre de ellos, concentrados por el pique, en comunion con la amistad.
le explique al curandero, que practicaba una rutina de espiritista, antes de cada intento, y que no se extrañara, si fracasabamos, porque eso era algo comun, pero le asegure que algo paranormal sucederia, sin dudas, cuando los espiritus desendieran a estas dimenciones. y le suplique, que despues de, eso me dejara marchar tranquilo, que este era el motivo, por el que no deseaba cambiar nada en mi vida, por el temor de perder como sanson, mis poderes. detuve el camion al costado de un puente, y corri, cual bailarin clasico en busca de aire puro.
no existia tal rutina, era un ardid para distraerlo, y safar en la primera de cambio.
un pescador se sumo amoroso, a este duo intrigante, pidiendo azucar. interrupio, disculpandose respetuoso. lo recibi con los brazos abiertos, pensaba que alli podria estar mi salida, e intente integrarlo al dialogo. el curandero, se sento de inmediato en el camion, amenasante, e hizo un ademan, o me parecio verlo, de que me cortaria el cuello, no tube mas remedio, que despachar al pescador visitante, como un infiel, despide a su amante, con una palmadita, y una tasa de lo que buscaba. en agradecimiento nos regalo un pescado casi vivo.
alse la preza, en muestra, de que era un indisio sin dudas, de que estabamos por vivir una experiencia metafisica, se acercaba el momento, de trasbasar las fronteras de otras dimenciones, y este hombre extraño, pararecio conmoverse, y comenzo a confiar en mi.
soy ventrilocuo de toda la vida, y sin mover mis labios, y casi nada de mi cuerpo, pronuncie estas
palabras en brasilero, simulando que el pez hablaba. movia el pescado, al ritmo de un titere, mas la poca vida, que le quedaba al pobre, era una escena real, de un milagro fabuloso: hermanos arrojadme al rio, que deseo vivir un poco mas y melior.
pegamos un salto, cada uno en su sitio, y nos miramos intrigados, confundido el, y agasapado yo.
traigamos un balde con agua de rio, antes que muera, exclame. agarre deseperado un tarro, que tenia a mano, y lo mande, a que fuera por agua urgente, mientras tanto, yo le haria respiracion artificial boca a boca, al mitad sabalo, mitad vieja del agua; y el gaucho salio corriendo, empinado, en busca de la salvacion. para que...
agarre el camion ,y sali rajando, con la boga en la mano. |