Se levanto junto con el sol, miro afuera y vio el mismo paraiso de siempre, los pajaros adornaban el silencio, y lo colores a su alrededor lucian sus mejores tintes. Cuando dejaba su hogar, tuvo nuevamente esa extraña sensacion, se detuvo por un momento y luego comenzo a correr. Tenia hambre, pero no habia nada para comer, ni un peso en sus bolsillos; ni siquiera tenia bolsillos en su ropa.
Corrio hasta llegar al mismo lugar donde lo habia tratado el dia anterior, ahi estaban aun vestigios inconclusosde sus previos intentos. Al acercarce, tuvo miedo, tal vez de ser visto, pero aun mas que eso, tuvo miedo a lo desconocido. Como el mas experimentado cientifico, ordeno meticulosamente todos sus utensilios antes de comenzar. Penso en lo asombroso y fascinanteque seria poder lograrlo. Recordo la primera vez que lo vio suceder, una gota fria recorrio su sien izquierda. Entonces empezo de la misma forma que el dia anterior, primero lentamente, acelerando de vez en cuando. Trato de imaginar las repercuciones que esto traeria entre los suyos, pero aquellas conjeturas sobrepasaban los limites de su intelecto.
Despues de tres horas bajo la sombra de aquel majestuoso arbol, sus manos ensangrentadas seguian la labor. Fue entonces cuando aparecio. Primero una delgada linea de humo, luego una chispa, y finalmente la pequeña llama; fuego…la comtemplo inmovil por algunos momentos, primero con la expresion que tiene un niño frente a un televisor; despues con los ojos de un embelesado enamorado a primera vista.
Luego de unos cuantos minutos de inmovil extasis, y muy agotado, se durmio recostadobajo el arbol, sejando su descubrimiento danzar libremente al son de la maleza y el oxigeno. Fue asi como la feroz bailarina lucio sus mejores pasos, en una danza que culmino con aquel furioso ultimo abrazo al primer hombre que trato de controlarla.
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