Mi primer recuerdo
Me aferro a ella
como lo hacía en el séptimo mes,
cuando todo era, de arena, alegría.
Llora,
lloro, pues huelo a su piel
y mi sangre pura le pertenece.
Mis neuronas no captan el problema.
El hombre lloroso frente a nosotros,
de dolor,
muestra los dientes.
Lo amenaza con un juguete blanco,
me toca la cabeza.
No quiero ver.
Su falda me acoge
y regreso a ese vientre vertical
de que nunca debí salir.
Gritos,
mocos,
lágrimas.
Todo me cubre
y los motiva a desafiarse.
Él no sabe que hacer,
ve el terror en mi rostro.
Ella no parece tener corazón,
sus padres la rellenaron de miedo y odio.
La mano amenazándolo,
el cabello huracanado,
los objetos inertes en la alfombra.
Él grita.
Palabras inverosímiles.
El llanto cubre mi cerebro.
Se larga.
Ella me abraza
y se desconecta por horas.
Yo sueño, inmóvil y despierto, con los juguetes del suelo,
con delfines o marionetas salvadoras.
No sonido.
Ella no responde
y jamás se reencontrará con él.
Willni |