Hace tiempo que no escribo, y no es por falta de motivos o porque el sol fuera una naranja ácida detrás de las montañas de tierra que se han levantado a causa del polvo acumulado luego de tu ausencia, ni porque me resultara esquivo el lomo del perro callejero que se me aparece de tarde en tarde para ayudarme a cargar las culpas y me viera forzado a escribir de modo de exorcizar los malos atardeceres y las madrugadas en vela, ni que estuviera fingiendo un estado taciturno de nostalgia aguda mirando con ojos medio aterciopelados el lento menguar de la luna, ni que el frío lo distinguiera claramente azuloso, ni que ahora mismo tenga las manos empuñadas atrapando el último escuálido sueño que me queda, ni que esta soledad me esté tragando como un bocado agridulce en sus fauces, ni que mi voz parezca casi un aullido en medio de la noche, ni que falten horas para completar el día o sobren, ni que llueva sobre un tejado de cartón y vayan escaseando los leños.....no, no es nada de eso, es simplemente que nunca quise de verdad escribir y esto fue un infortunio azaroso de mal gusto y esa fuerza anormal y enferma que me hizo deslizar los dedos sobre el teclado del ordenador, con poca fe, con poca luz, con un remanente de vida después de otra feroz tormenta, fue sin lugar a dudas un desastre de proporciones aún no definidas, por eso escribí, porque no sabía que hacer, porque no tenía otra cosa mejor que hacer.......