Amar es dolor; amar es sentir mariposas revoloteando en tu estómago hasta el punto de hacerte daño.
Amar es cuando no puedes evitar que algo o alguien se vayan sin sentir “odio” porque lo hagan. Es un árbol que nace y cuidas poco a poco para que sea algo tuyo, pero todo lo que haces, por lo que luchas, te corroe poco a poco. Es aportar toda la energía que se tiene sobre alguien, sobre algo, aun sabiendo que las consecuencias no serán buenas.
Amar supone vigilia, supone abstenerse del mundo de fantasmas; es el viaje hacia un mundo que nadie comprende salvo tu mismo. Es una mirada que te hace sonreír, un escalofrío que te recorre todo el cuerpo y te sonroja las mejillas. Es sufrimiento que se clava en tu alma sin dejarte dormir. Dicen que es felicidad, pero en realidad son suspiros tras una puerta cerrada, lágrimas tras una disputa y si, sonrisa tonta cuando estas cerca de esa persona; pero la alegría se desvanece cada vez que las miradas no se cruzan y los gestos desaparecen.

Para mi niño Asdro, que alguna vez tendrá su propia definición de amar.